Del 14 al 17 de mayo, se desarrollará la segunda edición de este festival que tendrá ocho intervenciones lumínicas en distintos espacios ubicados en el eje Alameda-Providencia de artistas como Javier Toro Blum, David Scognamiglio y Antonia Peón-Veiga. Desde instalaciones inmersivas que desafían la oscuridad subterránea como la de Sergio Mora-Diaz hasta experiencias multisensoriales como la Delight Lab, en la recuperada iglesia de la Veracruz en barrio Lastarria, ArtLum invita a redescubrir la ciudad bajo una nueva luz.
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Desde tiempos inmemoriales, la luz ha tejido un hilo fundamental en el desarrollo de la existencia humana. Buscada instintivamente para disipar la oscuridad, tanto física como metafórica, la luz ha sido faro del conocimiento y fuente primordial de energía. En el mundo del arte, desde las técnicas del claroscuro en el Renacimiento hasta las atmósferas luminosas captadas por los impresionistas, los artistas han intentado representar y dominar la luz. Sin embargo, no fue hasta la llegada de la iluminación eléctrica, a finales del siglo XIX y principios del XX, que la luz en sí misma se convirtió en un medio artístico primario, dando origen a un nuevo género: el arte lumínico, es decir, obras de arte que utilizan la luz como medio principal, en esculturas o instalaciones que interactúan con el entorno natural y urbano.
Esta semana, del 14 al 17 de mayo, se realizará en el corazón de Santiago, la segunda edición de ArtLum, festival que busca revelar al espectador común el potencial artístico de la luz y su profunda conexión humana, a través de ocho artistas lumínicos que intervendrán con sus obras el interior de ocho diferentes espacios -algunos más icónicos que otros- ubicados en el eje Alameda-Providencia.
Artistas reconocidos como Javier Toro Blum, David Scognamiglio, Antonia Peón-Veiga y el colectivo Delight Lab figuran entre los convocados a esta edición con obras ya desarrolladas que buscan adaptarse e impactar en nuevos espacios. “Cada lugar fue escogido por sus características arquitectónicas, su historia o algún elemento distintivo que pudiera dialogar de manera interesante con las obras lumínicas. Por ejemplo, presentamos el trabajo del artista Sergio Mora-Diaz en el subterráneo del Edificio Gibraltar, donde la oscuridad del espacio potenciará sus proyecciones de gran profundidad. Esta estrategia de intervenciones site-specific, aunque no exclusiva, busca generar experiencias únicas y conmovedoras para el público”, cuenta la diseñadora en iluminación Catalina Harasic, quien es parte del equipo organizador de ArtLum.
La primera edición del festival en 2022 fue una idea impulsada por la arquitecta Ximena Muñoz y estuvo marcada por una cautela pospandemia, donde aún existía el aforo reducido y el uso de mascarillas. Se realizaron charlas virtuales con destacadas artistas como Aleksandra Stratimirovic, un conversatorio presencial en CityLab del GAM que congregó a 150 asistentes, y un workshop experimental en la Universidad Católica. Estas primeras instancias, si bien valiosas, se dirigieron principalmente a profesionales del sector y artistas vinculados a la iluminación.
Este año, el proyecto se adjudicó el Fondart y sumó como aliado al Gobierno de Santiago, lo que le permitió crecer con una propuesta más ambiciosa y un claro objetivo: salir del nicho y comenzar a democratizar el conocimiento del arte lumínico para expandir su impacto en el público local. “Esperamos que pueda ser una instancia súper familiar, convocamos desde niños hasta personas mayores. La idea es que cada persona tenga su propia experiencia y vaya descubriendo su relación con la luz. Queremos que este sea un evento ciudadano, que también invite a recorrer y descubrir la ciudad bajo una nueva perspectiva”, plantea Harasic.
Si bien el fuerte de ArtLum son, sin duda, las ocho intervenciones en espacios públicos que podrán ser visitadas de forma totalmente gratuita, también incorpora charlas y workshops, previa inscripción, que abordarán la luz desde diversas aristas. Entre las actividades está el conversatorio virtual "Perspectiva del arte lumínico en el mundo", en el que participará el colectivo de Reino Unido Light Collective de Martin Lupton y Sharon Stammers, y la artista sueca Aleksandra Stratimirovic; y la charla presencial "Luz y color, una mirada desde el cine, el teatro, la ciencia y el espacio", que se hará en el Campus Lo Contador de la U. Católica, con el equipo de ArtLum, el cineasta Inti Briones, el diseñador escénico Ramón López, la diseñadora Lina Cárdenas y la iluminadora teatral argentina Eli Sirlin, quien además hará un workshop pagado titulado "Juegos con luz y color".
En tanto, para todo público desde los 8 años, se desarrollará en el Centro Cultural Montecarmelo el laboratorio titulado "Manos a la luz", impartido por el equipo de ArtLum donde se invita a explorar la luz a través de distintos juegos y experiencias sensoriales.
¿Por qué puede ser interesante un festival de arte lumínico? “La luz está presente en todo nuestro medio, nos desenvolvemos con ella y a través de ella todos los días de nuestra vida. A veces vemos fenómenos simples y súper cotidianos como las chispas que salen de una parrilla, el arcoíris que aparece después de la lluvia, o los cambios de luz a través de las hojas de los árboles, que te maravillan o nos dejan súper pegados. Este festival tiene una vocación por incitar esos momentos de contemplación, que te hacen reflexionar y navegar dentro del cerebro y las emociones. El 87% de la información que recibe la mayoría de las personas es a través de la visión, o sea la luz es crucial para conocer el mundo”, reflexiona Harasic.
ArtLum, además, nace en el seno de Ciluz, un centro de investigación de luz y ciencia dirigido por Ximena Muñoz, que busca acercar estos temas a la comunidad. En este contexto, el festival se alinea con el Día Internacional de la Luz, celebrado el 16 de mayo y reconocido por la UNESCO, del cual ArtLum forma parte de sus actividades oficiales. “Las discusiones dentro del directorio de Ciluz abarcan otros temas como el problema de la contaminación lumínica que está sucediendo en el norte del país y que afectarían a los centros astronómicos en Chile. Queremos ser una plataforma para visibilizar la importancia de la luz en múltiples dimensiones, desde lo científico hasta lo artístico y cultural”, plantea Harasic.
El siglo XX presenció una revolución en la concepción artística de la luz, trascendiendo su rol tradicional de mera iluminación o representación. Desde las primeras exploraciones de las vanguardias, como el Light-Space Modulator (1922-1930) de László Moholy-Nagy en la Bauhaus, que integraba movimiento y proyección lumínica, hasta la explosión del neón como medio escultórico en los años 60 con artistas como Dan Flavin, la luz se emancipó como material artístico primario. El movimiento Light and Space en California, con figuras seminales como James Turrell y Robert Irwin, llevó la experiencia lumínica a un plano fenomenológico, manipulando la percepción espacial con sutileza.
A medida que avanzaba el siglo, la tecnología LED y las proyecciones transformaron fachadas urbanas y galerías en lienzos dinámicos, demostrando la continua evolución de un arte que sigue desafiando los límites entre la escultura, la instalación y la experiencia sensorial pura. De todas esas corrientes internacionales, beben los cultores del arte lumínico en Chile, donde nombres como Alfredo Jaar e Iván Navarro figuran como los más reconocidos a nivel local e internacional. Sin embargo, el panorama es aún más amplio, interdisciplinario y colectivo y ArtLum pretende ser un reflejo de ello.
“En esta edición, la curatoría fue bastante 'a dedo'. Quisimos invitar a aquellos artistas que conocíamos de antes, con obras probadas para proponerles intervenir nuevos lugares. Esperamos que este festival también dé pie para que aparezcan nuevos nombres, conformar y descubrir una escena que estamos seguros debe ser más grande, al igual que nos encantaría llevar este festival a distintos lugares del país”, dice Catalina Harasic.
Si partimos desde el centro cívico, la selección de ArtLum parte con el trabajo del italiano radicado en Chile, David Scognamiglio, quien acaba de exponer en el Centro Cultural Montecarmelo su instalación In nomine lucis y ahora muestra la versión “oscura”, con In nomine umbrae, que se desplegará en la sala La Capilla, del Teatro Municipal de Santiago, un espacio íntimo, donde el artista instalará sus esculturas lumínicas que exploran la dualidad de presencia y ausencia.
En tanto, el reconocido colectivo Delight Lab, compuesto por los hermanos Andrea y Octavio Gana, intervendrá con su obra Phases la restaurada Iglesia de la Veracruz en el barrio Lastarria, que se incendió en el contexto del estallido social de 2019. La propuesta explora la interacción entre la luz, el sonido y la geometría, fusionando elementos visuales y sonoros en una experiencia multisensorial que invita a la contemplación y la conexión emocional con el espacio circundante.
“Para nosotros es súper importante y potente poder hacer una intervención y un concierto lumínico al interior de una iglesia y sobre todo ésta que es uno de los pocos lugares de memoria que va quedando de lo que fue la revuelta de 2019. No pasa mucho en nuestro país que las iglesias estén abiertas para instancias culturales, entonces estamos muy felices de que se haya generado este vínculo”, dice Octavio Gana.
Phases es una instalación lumínico y sonora que el colectivo Delight Lab ha presentado varias veces y en diferentes espacios, como el Mercado Puerto en Valparaíso, la Iglesia de los Benedictinos en Santiago y en el Centro Cultural CEINA, pero esta es primera vez que va a estar tantos días disponible para ser visitada. “El viernes y sábado haremos un concierto de cierre donde además vamos a invitar a otros músicos, va a estar muy hermoso”, cuenta el artista.
“La luz siempre nos está sorprendiendo de distintas maneras, es un elemento muy indomable, depende de las circunstancias contextuales, tanto atmosféricas como de la propia percepción de las personas que la están viviendo. Pueden ser percepciones emocionales, mentales o, incluso, culturales y nosotros nos movemos en todos esos ámbitos. Sentimos que la luz abre muchas veces portales a distintos niveles, por lo mismo trabajamos desde la palabra hasta un gesto que puede ser una línea y que nos permiten conectar desde otro lugar”, agrega Gana.
Siguiendo con el recorrido, en el espacio City Lab de GAM, el artista visual Javier Toro Blum, quien ha desarrollado por más de 15 años una obra que explora la relación entre luz y oscuridad, presentará su instalación lumínica y sonora Las lámparas de Zarathustra, compuesta de seis esculturas lumínicas y un sistema de sonido con música creada a partir de la famosa sinfonía de Richard Strauss, usada también para la apertura de la película 2001: Odisea en el espacio de Stanley Kubrick.
Muy cerca de allí, se invitó a la arquitecta y artista argentina Magdalena Molinari, a intervenir uno de los espacios dentro del Teatro de la Universidad de Chile, con Rojo Fulgor, obra que fusiona electrónica, programación, luz, color y video para explorar la interacción entre sistemas de control, dispositivos espaciales y materiales. Así, a través de instalaciones lumínicas inmersivas, genera experiencias puramente sensoriales, liberadas de la necesidad de identificación o asociación con lo familiar.
A la altura de la Estación de Metro Salvador, nos encontramos con Taller 1 (General Salvo 20), donde expone el Colectivo Contrastes, que se hizo conocido en 2022 por Luces de la revuelta en el GAM, donde construyeron una especie de un túnel sinuoso con mirillas que reflejaban la luz al tiempo que permitían ver fotografías del estallido social de 2019. Ahora, en ArtLum, el colectivo integrado por las arquitectas Tamara Clavero, Camila Loader y el iluminador teatral Matías Segura, estrenará la instalación Oscilaciones: luz líquida en suspensión.
En el Centro Cultural Montecarmelo se desplegará la obra Detalles de Antonia Peón-Veiga, quien es conocida por su innovador trabajo en el diseño de iluminación arquitectónica, así como para danza y teatro. Su enfoque se centra en la exploración de la luz, el espacio y el tiempo, buscando nuevas formas de representar la luz gráficamente. "Por primera vez, voy a presentar en público esta exploración lumínica que inicié hace unos 15 años. Consiste en siete artefactos, que son unas especies de lámparas que se adaptan al espacio. Fue un trabajo sobre todo de montaje, donde destaqué una fuente incandescente en el altar, mientras las otras evocan estaciones. El mayor desafío fue el espacio blanco que requirió trabajar con los rebotes de luz para resaltar los detalles", explica la arquitecta, quien en 2022 estuvo a cargo del diseño de iluminación de Turba Hol - Hol Toll, el pabellón chileno en la Bienal de Arte de Venecia.
"Mi práctica profesional se centra en el diseño de iluminación arquitectónica, siendo esta una de mis pocas incursiones individuales en el arte lumínico. En estas experiencias, me enfoco más en la técnica y la física de la luz, buscando llevar este conocimiento a una expresión artística sensible. La rigurosidad del montaje es esencial para apreciar la belleza de los detalles lumínicos proyectados en el espacio", agrega Peón-Veiga. Esto se refleja también en su libro Drawing Light, basado en su tesis de maestría, donde analiza y desarrolla estrategias de representación para proyectos de iluminación, utilizando colores, símbolos y líneas para medir el tiempo y la intensidad de la luz.
El nivel 2 del MUT será intervenido por Bonnet Estudio, un colectivo creativo multimedial (que también es una empresa que presta servicios de iluminación) y que usa mapping y luz láser, para intervenir espacios por dentro y por fuera, y que en el festival presentan su nueva obra RAMÉ.
Finalmente, en el subterráneo del Edificio Gibraltar (Eliodoro Yáñez 2990) se encontrará la obra Campo radiante de Sergio Mora-Diaz, una experiencia inmersiva que palpita con energía y color, a través de la interacción de luces cuidadosamente coreografiadas, creando paisajes sensoriales que desdibujan los límites entre el espacio físico y la percepción. Un exploración de la poética de la luz como fuerza vital y artística en constante transformación.
Periodista egresada de la Universidad de Santiago de Chile. Trabajó durante una década en la sección Cultura de La Tercera, donde cubrió temas de artes visuales, arquitectura y fotografía. Fue periodista de la revista Palabra Pública. Hoy es jefa de contenidos de Fundación Teatro a Mil.
Mediales.art es una plataforma de difusión de artes mediales que busca comunicar y registrar el quehacer de distintos artistas y teóricos nacionales que basan su trabajo en tecnologías y soportes electrónicos y digitales.
La escena de las artes mediales en Chile así como en Latinoamérica, ha ido creciendo en los últimos años; es por eso que este sitio pretende aportar al entendimiento de este panorama, rastreando posibles cruces y diálogos entre diferentes artistas y obras contemporáneas, a partir del análisis de sus respectivas propuestas tecnológicas, estéticas y conceptuales.
Para esto, además de la sección de Noticias, una vez al año Mediales.art publica una serie documental dedicada a artistas mediales que narra a través de sus voces y con material de archivo, sus inicios en el medio, haciendo un recorrido por algunas de sus obras y analizando sus principales intereses e interrogantes.